domingo, 19 de mayo de 2013

Entrevista a Doña Pilar

Entrevista a Doña Pilar, diciembre 2013.-

Doña Pilar en un primer plano, gracias por su generosidad 
Omar y Doña Pilar, compañeros de la vida.
 Las manos de Doña Pilar enseñándonos a hilar al modo ancestral.


La Sra. Elda nos abrió la facilitó el acceso a Doña Pilar y gracias a ella logramos hacer una linda entrevista.
Entrevistas realizada por Mariana Genna, y nos acompaño la sra. Leda quién conocía a doña Pilar, fuimos amablemente recibidos por la dueña de casa y no tuvo ningún inconveniente en realizar la entrevista que además de grabar, filmamos con el objeto de dejar el mayor registro posible de aquel encuentro. Comenzamos por pedirle que se presente:

-Doña Pilar. María del Pilar Oviedo nacida el 19 de septiembre 1931, cerca de las sierras, en Ceferino Namuncurá.
A los 7 años me trajo mi abuelo a la Escuela Tránsito de María de Cura Brochero para que estudiara la primaria, pero allí no me quisieron aceptar porque esa hija de madre soltera, y no me tomaron. Sin embargo no ma ha quedado resentimiento, yo soy la más caritativa que hay, el que golpea mi puerta, siempre hay algo para dar, porque Dios me enseñ+o esa lección y sigo con eso hasta que me muera, soy muy creyente muy católica, fui veinticinco años a ejercicios espirituales a practicar la religión católica,
-Entrevistadora. ¿Y qué pasó cuando la rechazaron, se volvió con su abuelo?
-Doña Pilar. Me fui a trabajar, a planchar, a lavar, cocinaba, porque mi abuelo me enseñó. Mi abuelo se llamaba José Oviedo, murió de 101 años, y me enseñó lo que soy.
-Entrevistadora. ¿Y trabajaba en su casa o en la casa de otro?
-Doña Pilar. Yo me vine de 7 años y mi hermano 8, yo era así (indica con las manos la altura lógica de un niño pequeño), nos vinimos acá cerca, a los nogales, acá donde hay unos nogales, y ese fue elprimer trabajo nuestro, a mí me ponían un banquito y yo picaba todas las cosas para la comida, era un restauran en esa época, y estaban asfaltando ese camino (señala con su mano la Ruta 14, muy cerca de donde se realiza la entrevista, tanto que los ruidos de los vehículos dificultan la conversación), mi hermano era el que lavaba los platos y hacía los mandados, estábamos los dos juntos, éramos como mellizos. Y un día los dueños, nos dijeron: nos tenemos que ir a vivir a Córdoba, y nosotros lloramos mucho, yo trabajé ahí hasta que tuve 12 y mi hermano 13. Y entonces ella dijo, no lloren que nosotros los vamos a llevar a un lugar. Nos llevaron a las Tapias, a un chalet que había ahí, era de un Señor que se llemaba José Bocaturo, mire si me acuerdo, ahí estuve yo más o menos 8 meses, trabajando cocinando, haciendo dulce, todo, y mi hermano en una estancia del holandés de Las Tapias, ahí también estuvo mi hermano unos 8 meses, y un día a mí me dice un matrimonio alemán, Uds Pilar no quiere irse a Buenos Aires, y sí, le dije yo, encantada, y me fui a Buenos Aires y volví cuando tenía más o menos 19 o 20 años, al año que vine me casé y tuve mala suerte quedé con los dos hijos, mi esposo se fue y nunca más lo ví, mi hija que tenía 4 años y el varón que tenía 1 año, a los dos los crié yo, y ahora estoy sola.
Entrevistadora. ¿Por qué volvió de Buenos Aires?
Doña Pilar. Porque no me gustó. Se murieron los patrones que yo tenía, me dejaron plata en el Banco para que yo viviera mientras encontraba otro trabajo. Yo extraña el aire puro de la sierra. Yo visité a mi abuelo durante toda su vida, cuando el abuelo murió no visité más a la sierra. (Por unos segundos paramos de grabar porque Doña Pilar se emociona y llora, luego cuando se calma y la señora Leda le pregunta pero por qué no estuviste con tu madre, Pilar retoma el diálogo ), mi vida ha sido dura, hemos sufrido mucho, yo siempre estuve con mi madre, yo siempre he trabajado. Tuve la suerte de tener a mi abuelo que me quiso mucho, pero también la gente con la que me fui porque eran como mis padres, después cuando me quedé sola, unos seis o siete años después formé pareja con una persona que luego falleció, yo estuve sola siete años y crié sola a mis hijos, y luego a él lo conocí donde trabajábamos los dos, en el Hotel Dos Arroyos, acá no más, y ahí él siempre me hablaba, se llamaba Tomás Alberto Pereyra, él siempre me hablaba pero yo no quería estar con nadie porque tenía los chicos, no quería que los hijos me los golpearan ni nada, durante seis años estuvimos trabajando juntos, y ahí me dijo formemos una pareja yo no te voy a tocar los chicos, yo los voy a criar como si fueras mis hijos, y yo no me podía casar porque ya era casada por el civil y por la iglesia, estuve cuarenta años casado con él, era muy buena persona, muy buena persona, y bueno en el el año 1987 se enfermó y no hubo caso, un año sentada con él en el hospital de Córdoba y se murió, con él tuve una sola hija, es la que está en el fondo, y es como si no fuera mi hija, y eso es de familia, es como que no sé, es como me pasó a mí, mi parte Merlo, mi padre era Merlo de apellido, pero no me reconoció, y nadie mire, porque yo me enrolé sola cuando tenía 18 años, y ya tendría como unos 19 o 20 años, yo sola fui al registro civil de Nono y me enrolé. Y ahora estoy con el Omar, que es único que me ha cuidado, y estoy con él nomás así, no estoy con el para la vida sexual, una pareja como, mirá tengo hijos de la vida, por todos lados.
Entrevistadora. ¿Y de la niñez con ese abuelo qué recuerda, qué cosas le enseñó?
Doña Pilar. Mi abuelo me enseñó de todo, primero a que nadie me tocara, que ningún hombre me manoseara, que fuera una persona e bien, y fui una persona de bien, que trabajara que nunca tocara nada, he cuidado personas mayores hasta que he tenido 79 años, esa ha sido mi misión, he vivido bien con todo el mundo, soy orgullosa de mi forma de vida, yo nunca estoy triste, yo nunca estoy triste, he tenido amigos vecinos pero desde afuera, yo jamás anduve por los vecinos, yo me crié en otro ambiente. Con mi hermano jugábamos a subirnos a las puntas de las piedras, en las sierras esos eran los juegos, y mi abuelo a veces se iba y nos dejaba hasta 8 días y nos dejaba el pan hecho, y nos decía: no abran la puerta a nadie, teníamos 10 perros, y de noche cuando estábamos solos, atracábamos la puerta y mirábamos y los perros toreaban cuando alguien venía, y todo eso fue mi felicidad, la vida con mi abuelo es lo más feliz que recuerdo.
Entrevistadora. ¿De qué comidas se acuerda de aquella infancia?
Doña Pilar. Nosotros comíamos locro, me enseñó como hacer el locro, nosotros poníamos el maíz y los porotos como ser de hoy para mañana, luego le poníamos huesito de chancho, chorizo colorado, carne picada, y el tuco con cebolla de verdeo y un poquito de puré y pimentón, y yo hasta ahora como cosas así, yo no puedo comer cosas dietéticas, yo no siento irme, y no soy de esas viejas que van todos los días a la iglesia o al culto, yo no le tengo miedo a la muerte, yo estuve 9 días haciendo retiros espirituales, pero no es eso solo, hay que ser bueno, y a mí me quieren todos, ud no puede decir que no tiene cuando le piden un pedazo de pan, uno viene por acá, otro viene por allá, y me piden: no tiene alguito para el mate?, y yo doy, y a los vecinos ni los visito, porque a mí no me gusta hablar de nadie.
Entrevistadora. ¿Se acuerda de alguna travesura de chico?
Doña Pilar. No, bueno una vez sola, mi hermano había hecho una casa de paja y luego le prendió fuego, y me alzó y me llevó porque se asustó. Mi abuelo nos dejaba la lana para hilar, y yo he hilado muy mucho, pero hace más o menos un mes y medio preparé todas las cosas de las hilanderas, los usos, las raspaderas, y a tizar, y yo le voy a mostrar, y las junté todas y las doné en Cañada Larga, se las llevé a María Inés, ahí donde están todas las mujeres hilanderías, por ella me ayudó mucho cuando yo aun no estaba jubilada. Hace poco vino una chica Mónica y yo le enseñé a hilar y le regalé lana en ovillo ya hilada. Yo he estado muchas veces en los retiros espirituales a las casa de ejercicios pero no he ido a ninguna escuela, sabe dónde he ido yo? A comprar las tablas y a estudiarlas yo sola, donde trabajaba aprendí a multiplicar con las tablas, a sumar y a restar, pero a dividir no aprendí, y mi hermano también, nosotros sabemos lo mismo, a donde trabajábamos nos enseñaron a leer y a escribir, los patrones me ayudaban mucho, me querían como la hija, en ese matrimonio alemán me criaron como una hija, y nunca se me fueron los humos a la cabeza, y así hay que ser, por eso me quieren mucho a mí. A mi hermano no le gustaba hilar, yo he tejido croce, he tejido manteles con puntillas, cosas finas, mi abuelo nos crió bien, pero cada uno con sus cosas, nos bañábamos cada unos en su lugar, él era una persona muy delicada, nos contaba muchas cosas, ahora no me acuerdo, nos enseñó tan bien que ni se imagina, si yo no estuviera acá con el Omar, estaría en córdoba, con un hijo de la vida, porque yo ayudé mucho a los niños. Mirá en el tiempo de las Malvinas[1] pasaba por acá un chico, ya había perdido todo en la enfermedad de cáncer de mi marido, las vacas, los ahorros del banco, perdí el dinero que tenía en el Correo, pero el cáncer se lo llevó todo, y me quedé ahí en una sillita, y mis hijos no me ayudó ninguno, tengo amigos de la vida, en Córdoba tengo un hijo que tiene campo, todo, y me viene a visitar pero este es mi lugar, mi paisaje y acá me conocen todos, y he cuidado ancianos, el último ha sido Don Árias ahí en Dos Arroyos.
Entrevistadora. ¿Cómo se cuidaba a los mayores antes?
Doña Pilar. ¿Mire antes a los ancianos los cuidaba la misma familia, ahora los hijos no dan bolilla a los padres, tengo varios hijos y tengo una acá que ella hace su vida y yo hago la mía, y varios nietos. Mis nietos y nietas no quieren aprender, hay una que sí está siempre conmigo. Los jóvenes de ahora no les interesa.
Entrevistadora. Usaba ud hierbas para las enfermedades?
Doña Pilar. Si nosotros usábamos, altamisa, o un té de aguariguay, de poleo, yo no tomo ningún remedio, tomo mate con yuyos, tecito de manzanilla, de boldo, ud no tomen remedios cuando les duele la panza, tomen yuyos, y estoy feliz, estoy contenta porque Dios me ha dado una misión hermosa, yo no soy católica de esas que aparentan, yo soy católica del alma, y lo único que le pido a la gente más jóvenes es que sigan la palabra de Dios, católicos o evangelistas, porque respeto. Yo respeto a todas las religiones. Yo hago dulces, eso te quería contar, yo lavo la fruta, la pongo a hervir con agua, y le pongo un kilo de azúcar por un kilo de fruta, y te sale bien cristalina, hago dulce de tomate,  hice 5 kg y me lo volaron, porque yo no como dulce. También hago quesillo, ud le saca el suero a la leche y listo ya se va haciendo el quesillo, y vendo dulce y con eso voy tirando.
Entrevistadora. Bueno doña Pilar muchas gracias por habernos permitido esta entrevista.
Doña Pilar. Bueno, yo solo le pido a Dios que nos de vida a Omar y a mí para estar juntos, porque el es como un hijo para mi.



[1] Se refiere a la Guerra de Malvinas en el periodo Abril / Junio 1982.

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