Entrevista a Doña Adela realizada por Mariana Genna, María
José “La
Cuentería ”[1],
y Ricardo Di Mario, nos acompañó la vecina Elda (hasta el año 2012 fue la
presidenta del centro de jubilados “El Aguaribay” de Los Hornillos), quién
conoce a la entrevistada desde hace muchos años. Su trabajo nos facilitó el
acceso a la familia Allende, realizando las gestiones previas que permitieron
contar con la aprobación de doña Adela para el presente registro filmado y
grabado.
[1] La Cuentería es
una editorial-taller independiente, nacida en el Valle de Traslasierra
(Córdoba, Argentina) y fundada y conformada desde entonces por María José
Echenique y Celina Mackern (escritora e ilustradora y música). Especializadas
en literatura infanto-juvenil, desde el año 2006 realizan en Traslasierra, en
distintos lugares del país y de países limítrofes, talleres de lectura, juego y
escritura creativa, así como ediciones seriadas y limitadas de libros y juegos.
La Sra Elda que nos presentó a Doña Adela, junto a ellas la paila de los arropes. |
Entrevistadores. ¿Puede presentarse Uds.
misma, puede decirnos su nombre completo y la fecha de su nacimiento?
Doña Adela. Bueno si me acuerdo se lo
voy a decir! María Adelaida Gómez, mi padre era Gómez y ya no soy Allende
porque mi marido murió y yo he vuelto a ser Gómez, y nací el 16 de Diciembre
del año 1921[1]
en Santa Rosa de Ambul, y viví ahí hasta que me casé a los 25 años y recién ahí
me vine para acá, yo de acá no conocía nada porque mis padres eran así, ellos
nos tenían así nos castigaban con una lonja doblada torcida con eso nos
castigaban, nos portábamos mal y sabe qué hacía mi padre, tenía ese laso
doblado y nos mandaba a hincar en la tierra a la noche nos ponía ahí(señala el
rincón con su mano) a rezar todo el rosario en cruz en la tierra, porque antes
era todo piso de tierra, antes no era de porlan nada, como ahora.
Entrevistadores. ¿Adela Ud seguramente ama
a su papá, díganos por qué le pegaba?
Doña Adela. Bueno porque nos
portábamos mal!
Entrevistadores. ¿Y qué era portarse mal Sra.,
nos puede decir?
Doña Adela. Bueno, alguna cosa que
haríamos, o por qué, venía alguien, y ya veníamos a ver, a curiosear y entonces
mi papá, mi padre dale nomás dale nomás (hace el gesto de golpear con las
manos). Nosotros éramos 13 hermanos, 6 mujeres y 7 varones, todos de la misma
mamá y papá, y a la mañana teníamos que ir a saludarlos todos a pedir la
bendición, la bendición mamá, la
bendición papá, y si no íbamos nos fajaban. Había que trabajar, mi padre
nos llevaba, él nos llevaba a bañarnos, él nos llevaba y teníamos que bañarnos
vestidas en el río, sí sí en río de Ambul.
Entrevistadores. ¿Invierno y verano?
Doña Adela. ¡En el verano, en el
invierno es muy frío! En las sierras es muy frío en el invierno, hay que estar
adentro haciendo fuego en el suelo, con leña gruesa de algarrobo, sacando
brazas en de fuego, se ponía así para que nosotros nos calentábamos, también
para cocinar, en las ollas de hierro, hacía puchero, le echaba zapallo, batata,
porque eso cosechaban ellos, y verduras, acelgas, sopa todos los días, sopa y
puchero todos los días, y a la noche un guisito sea de arroz, o de fideo.
Entrevistadores. ¿Hacían Charqui en su
casa Adela? ¿Por qué no nos cuenta cómo lo hacía?
Doña Adela. Claro como no me voy a
acordar, mi padre cuando carneaba hacía, mataba al animal, se dejaba orear la
carne un día, después sacaba toda la carne en lista, y luego lo hacia charqui,
a eso le ponían sal y hacían una soga de alambre y lo ponían adentro porque no
se tenían que mojar ni con el rocío de la noche, y cuando estaba seco ese
charqui se comía, se hacía sopa, guiso con verduras, la mazamorra. Déle moler
en el mortero, déle moler, déle, todos los días había mazamorra. Mi madre lo
asaba en la plancha, luego lo molía y bien molidito lo hacía como un sanquito[2]
y eso comíamos, o la Sastaca[3]
que mi madre la hacía cuando mataba una gallina y le hacía con todos las
partecitas vio y a eso le echaba un huevo y eso se comía, era rico, esas eran
las comidas. Allá era más que nada la batata y el zapallo, no había tanta papa,
y el zapallo lo guardábamos para cuando no había[4],
a eso le decían Charqui de zapallo. En mi casa se comía pocas cosas dulces,
porque nos decían que se nos iba a hacer pedazos la dentadura, sí, se hacía
pocas cosas dulces.
Entrevistadores. ¿Y los arropes no se
hacían en su casa?
Doña Adela. Sí, se hacían, mi madre
los hacía y nos enseñó y luego lo hacíamos nosotros, con el algarrobo por
ejemplo, cortábamos las vainas y las hacíamos secar para hacer los arropes y
para darles a los animales, porque en el invierno no había qué comer. Secaban
el algarrobo, sin azúcar una pailada, con una paila y todavía la tengo, si
quiere sáquele fotos pero no se la voy a dar eh! (nuestra entrevistada tiene
mucho humor), el arrope es natural, se guardaba en botellas de vidrio, y se
guardaba tiempo hasta el otro año estaba el arrope, bien cocinado. (Cuando Doña
Adela hace mención de la paila dice que la misma era de su madre que es un
recuerdo que tiene de ella, en ese momento una de las integrantes del equipo de
entrevistas le pregunta)
Entrevistadores. ¿Cómo era su madre?
Doña Adela. Ohh mi madre era buena
moza, mi madre no tenía arrugas, ella
decía que no se había lavado nunca la cara con un jabón comprado, ella hacía el
jabón y se lavaba con eso el cabello, el cuerpo todo y yo cuando era joven
también era coqueta, bien peinada, bien pintada y con aros y no me iba a poner
cualquier aro eh!
Entrevistadores. ¿Y todos nacieron ahí en
Ambul Doña Adela? ¿Y los hijos nacían en las casas ud se acuerda de eso?
Doña Adela. Sí, estaba Etelvina que
todavía vive en Córdoba porque cuando quedó viuda lo hijos la llevaron a la
ciudad, luego venía Petrona que ya ha muerto, luego venía yo, y Lidia después.
No a los partos no estábamos nosotros porque nos corrían, nosotros creíamos que
veníamos con la cigüeña, creíamos que nos traía un pájaro, nosotros creíamos
eso si éramos inocentes, mire si nos corrían y no nos dejaban estar. No es como
ahora que los hijos saben más que los padres.
Entrevistadores. ¿Cómo era la casa Adela,
porque eran muchos hermanos?
Doña Adela. Bueno sí, era grande, todo
techo de paja, de adobe de esos adobes anchos, la casa la hizo mi padre y
nosotros ayudamos a hacer el barro en adoberas esos adobes grandes, y
llenábamos los baldes, si la casa grande y tenía un dormitorio de los varones,
mujeres con mujeres y varones con varones, todos iguales éramos. A nosotros nos
mandaban a buscar la leña chica, y la leña grande la traían en carros, iban a
los campos, mi padre tenía un carro grande de 6 mulas, y ahí la traían.
En mi casa, mi
padre tenía un salón grande y él lo prestaba para que las maestras dieran
clases, no había edificio, era grande el salón con piso de madera, iban los
chicos del pueblo como 20 o 30 chicos, y pocos grados, y de las maestras que
iban me acuerdo de una que vivía en Cura Brochero que se llamaba Claudina
Altamirano, muy buena señorita, pero cuando nos portábamos mal nos daña con el
caño.
Entrevistadores. ¿Cómo es eso, les pegaba
la maestra?
Doña Adela. Claro, nos pegaba con ese
bastón que tenía, cuando no hacíamos los deberes, ya mi padre le había dicho a
ella, Señorita cuando mis hijos no
traigan los deberes, ud mándeme una nota y póngale en penitencia todo lo que
corresponda.
Entrevistadores. ¿Pero la maestra pegaba
también?
Doña Adela. Aja, nos pegaba
con el bastoncito ese que tenía, nos pegaba lindo con el puntero, como estaba
el salón ahí venía los chicos, y cuando salíamos a jugar los chicos jugaban por
un lado y las mujeres jugábamos todas, con unas muñecas de trapo y nos
acusábamos si no jugábamos. Pero mi padre nos pegaba con unos corceles de
cuero, lazos de cuero trenzados así como se hacen las trenzas. Con las chicas
jugábamos al anillito[5].
Entrevistadores. ¿Y cómo era el juego del
anillito? (Le preguntamos sobre este juego porque ya nos había mencionado una
entrevistada de la zona de Las Jarillas, que en los llamados velorios de La
muerte del Angelito se entretenían los niños con este y otros juegos)
Doña Adela. Claro, se jugaba así, se
hacía una ronda y se pasaban las manos así y se decía,
Anillo te doy no te doy nada, anillito te doy no te
doy nada, bueno Uds. va ¿Quién tiene el anillito? y luego había que adivinar
quién lo tenía. Se jugaba en la muerte del angelito. La muerte del angelito era
estar ahí, ponerle florcita y estar ahí, en la mesa de la casa, le ponían al
angelito las alitas y lo velaban ahí en la misma mesa de la casa donde vivían,
los chicos jugaban al anillo, todo tranquilo, no había gritos no había líos, lo
lloraban los padres, cómo no lo van a llorar es un hijo que se les va, a mí se
me murió un hijo hace tres años y acá lo tengo, es una cosa que a ud le queda
acá, y más un hijo grande como a mí se me fue de 55 años.
Entrevistadores. Bueno Doña Adela no se nos
ponga triste, no quiere contarnos algo más, por ejemplo cómo conoció a su marido.
Doña Adela. Lo conocí en Córdoba, él
era de acá de Los Hornillos, se llamaba Pedro Allende Allende, porque la madre
también era Allende, eran primos los padres. Yo trabajaba en Córdoba, una amiga
que se llamaba Quevedo, hija de Andrés Quevedo, por eso lo conocí, porque antes
en Córdoba, salía a los bailes, pero tenía una patrona, porque yo trabajaba con
cama adentro y salía casa 15 días para que se vaya a las casas, pero mi patrona
no me dejaba salir si no iban a buscarme o mis padres o mi hermano, entonces
como mi hermano trabajaba en Córdoba iba él a retirarme, porque mi patrona no
me dejaba salir sino, aunque fuera mayor de edad, tenía 25 años, y mi padre
dijo que ninguna se iba a casar menor de edad, tenía que tener más de 21 años,
y lo conocí por intermedio de mi amiga Quevedo, y ella me dijo que iba su
hermano y un amigo de su pueblo iban todos al baile, y bueno lo conocí ahí y me
cayó en gracia. De novia estuve un año, justo un año. Entonces él fue a Ambul a
hablar con mi padre y yo estaba en Córdoba, y no sé lo que hablaron pero luego
nos casamos.
Entrevistadores. Ud se casó y vino a vivir
a Los Hornillos, ¿Qué recuerda de eso?
Doña Adela. Yo me casé en Córdoba, el
padrino fue mi hermano y la madrina fue la patrona, me casé por civil el
viernes y el sábado por iglesia, y la familia tuvo que ir en el Colto que iba
por la ruta vieja por el puente de Copina, y vine a vivir a la casa de mi
suegra que nos prestó una pieza, vine a Los Hornillos el 24 de Septiembre de
1945, y esto no era nada no era la ruta, era un caminito nomás, apenas pasaban
los sulkis, en caballo y en sulkis andaba la gente, a mi me gustó las Sierras,
las Sierras muy lindas, la Rosita[6]
era mi amiga, yo no conocía no había venido nunca acá, acá tuve a los cinco
hijos, a los cinco muchachos, y me los trajo la Máxima Luján ella era
la partera, y la otra era doña Roberta. Todos nacieron acá. Otros vecinos que
había acá cuando llegué era la gente de
Alta Montaña, Los Cáceres, el Héctor Allende de don Zoilo, don Dardo, los
Kastli don Nico Kastli, los Cabrera.
Entrevistadores. Ha sido ud muy amable
doña Adela, estamos muy agradecidos por esta charla en su casa.
Doña Adela. No tiene por qué darlas,
gracias por venir.
[1] La entrevistada recuerda
con dificultad y se equivoca al decir el año de su nacimiento, insiste en haber
nacido en 1991, por lo que una de las personas que la acompaña trae su
documento de identidad. Todo el equipo de entrevistadores miramos la foto del documento
y hacemos comentarios acerca de la notable belleza de Doña Adela, las mujeres
presentes hacen comentarios acerca de sus enormes y brillantes ojos negros, y la
Sra. Elda quién conoce a Doña Adela hace
comentarios de la gracia y simpatía que supo tener en los años mozos nuestra
entrevistada, algo que no dudamos en reconocer debido a su vitalidad y
afabilidad para con nosotros a quiénes no solo que no conoce, sino que nos
presentamos con cámaras y equipos para hacer el registro.
[2] Es una expresión que hace referencia
a una comida que queda mezclada, algo parecido a un puré.
[3] La Sastaca es otra comida
típica de la región aunque varíen los ingredientes o las formas de cocción.
[4] Entrevistados de la zona
del bajo, hacia Chancaní, Las jarillas, nos contaban en sus recuerdos de las
comidas, que había una forma de almacenar el zapallo parecido al del charqui de
carne, y la señora Adela lo llamó “Charqui de zapallo”
[5] Ver RITUALES. LA MUERTE DEL ANGELITO (fragmento
de la entrevista realizada a Pura Celia del Rosario Moreno) en Apéndice
documental y foto del ritual en cuestión en http://loshornillosbibliotecainmaterial.blogspot.com.ar/
[6] Rosa Chávez conocida
también en el pueblo como “la tenjendera” vive en la loma de las sierras a una
hora de marcha desde el pueblo, Doña Adela dice que era su amiga pero que hace
rato que no la ve.
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