Los relatos
de vida son siempre una búsqueda de identidad que se presenta en forma
narrativa. El que habla construye una historia, su historia, es decir se
construye de manera más o menos consciente, a partir de la propia subjetividad
y de la propia memoria, que siempre es parte de una memoria también colectiva.
El espacio de diálogo que ofrece la entrevista es la posibilidad de poner en
escena el carácter narrativo de toda experiencia vital. Por ello resulta tan
importante afirmar la idea de que lo que se busca con estas transcripciones es
la materialidad
misma del decir, dando especial atención a las emociones, los lapsus,
los silencios, las alteraciones de la voz y el lenguaje corporal en general porque
todo ello constituye, muchas veces, la posibilidad de ir más allá de los
propios contenidos de lo que se dice.
Para cada
entrevista se intentó la formulación de problemas con formato de interrogantes
y preguntas para guiarnos en las charlas, pero lo suficientemente flexibles
para dejarnos llevar por el decir en tanto tal de los
interlocutores y de la empatía que se produce con ellos.
No perdemos
de vista que lo escrito es siempre una artificiosidad del que escribe, y que
con el afán de dar sentido a lo que se transcribe se pone en riesgo la
literalidad de lo que se dice oralmente. Por ello hemos resuelto intervenir lo
menos posible para respetar el entramado significante de sus voces.
En el
encabezado de cada entrevista se aclara quiénes realizaron la misma y quiénes,
en los casos que fue necesario, nos guiaron, nos contactaron o simplemente nos
allanaron el camino, hasta nuestros decidores que son los reales
protagonistas de esta historia que resulta de machacar la memoria.
Lo primero
que nos planteamos cuando hacemos una entrevista es qué hacer con la voz del
otro, especialmente cuando estos testimonios son frágiles retazos de vida y
subjetividad. Por otra parte se han consolidado dentro de las ciencias
sociales, después de largas batallas por la pertinencia de los métodos
cualitativos, entre ellos los métodos biográficos, el abordaje a conocimientos
que proporcionan linealmente y por a través de los análisis que habilitan estos
universos existenciales. Por ello, cuando consideramos una categoría que se
reitera en una o más voces no buscamos establecer generalizaciones con la
intención de cuantificar un hecho
social, ni mucho menos establecer la validez de de un caso; porque somos consientes de que el hilo que va tejiéndose en
sus palabras es el de sus propias vidas, y nuestro interés al intervenir como
escuchas o narradores de lo que se dice, es excluyentemente un interés por
reconocer las características culturales identitarias de nuestros entrevistados
y, a través de ellos, de las de los habitantes de esta comunidad.
La
inteligibilidad de estos fragmentos de vida se impone por sí misma,
principalmente por su propia transparencia y por ofrecer un terreno presto a la
interpretación. Estos testimonios pueden pensarse, por sus ricos detalles
significantes, como casos emblemáticos y simbólicos de la trama social de un
pueblo serrano en un lapso temporal ubicado en la primera mitad del siglo XX,
pero además pueden permitir reconocer y reconocerse como partes de un todo.
No se
pretende en este apartado ningún tipo de exploración estructural con fines
académicos, muy por el contrario lo que se busca es dar cuenta de algunas puntualizaciones
que realizaremos a partir de las categorías, que acá se señalan, con el objeto
de responder a las expectativas planteadas en el proyecto inicial. Es decir, no
solamente reponer las voces de estos habitantes de la comunidad, desgrabadas
textualmente, sino intentar con ellos repasar los datos construidos, el sesgo
de las variables que aparecen en sus palabras, y algunas conceptualizaciones
para que no pasen desapercibidas cuestiones tan importantes como son los temas proyectados.
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